La Construcción sostenible en un mundo cada vez más sostenible es ya una exigencia. Los modelos de construcción y rehabilitaciones profundas en las viviendas ya existentes. La transformación es necesaria si es que se quieren cumplir con los objetivos de descarbonización marcados en las próximas décadas.
La demanda de viviendas eficientes se ha incrementado un 30% desde el inicio de la pandemia. Esta demanda no la ha causado la Pandemia, solo la ha incrementado porque la demanda ya estaba ahí. Cada vez somo más conscientes de que la calidad de vida está relacionada con la sostenibilidad y con un ahorro en el mantenimiento de nuestro hogar
Con respecto al ahorro, los factores más valorados son las viviendas tengan un rendimiento elevado de eficiencia energética y unos aislamientos acústicos de calidad.
El usuario ha cambiado de comportamiento, ahora está interesado en hacer su casa más habitable. Muchos se han dado cuenta durante la pandemia que sus casas son incómodas. Muestra de ello es que las reformas se han disparado en más de un 30% en España lo que va del año.
El diseño de una vivienda sostenible está condicionado por 5 principios básicos: Excelente aislamiento térmico; cerramientos de altas prestaciones; ausencia de puentes térmicos; ventilación mecánica con recuperador de calor y estanqueidad al aire de alta eficiencia energética y reducir su demanda energética.
Una vivienda o casa sostenible es una vivienda diseñada bajo criterios de construcción pasivos con un consumo energético casi nulo, que utiliza al máximo los recursos naturales con el fin de reducir los consumos energéticos de la vivienda.
Este tipo de viviendas eficientes y ecológicas están basadas en unos criterios de diseño bioclimático que permiten el aprovechamiento de la energiza y la luz natural durante el invierno y la minimización de la incidencia solar durante el verano.
Al mismo tiempo, las altas exigencias técnicas y constructivas, contribuyen al excelente acondicionamiento térmico conservando todo el calor absorbido en invierno y disipándolo en verano.
El objetivo principal de las casas sostenibles es obtener elevados niveles de confort interior manteniendo un consumo energético por debajo de un 80% respecto a una vivienda basada en la construcción convencional, contribuyendo así́ en un importante ahorro en los consumos y en la factura energética.
Uno de los protagonistas indiscutibles del futuro, y también del presente, es la ciudad.
Nuestro mundo es cada vez más urbano, tanto, que se calcula que para el año 2030 un 60% de la población del planeta residirá en ciudades. Esta tendencia tiene consecuencias perjudiciales para el medio ambiente y la sostenibilidad, puesto que, según datos de la ONU, a pesar de que las urbes ocupan tan solo un 3% de la superficie del planeta acumulan nada menos que 70% del consumo de energía y son responsables del 75% de las emisiones.
En este sentido, el sector de la construcción constituye uno de los factores clave para optimizar la relación entre los edificios y el medio en el que se sitúan. No en vano en Europa este sector supone en torno al 40% del consumo de energía y un tercio de las emisiones de CO2.
La integración de proyectos sostenibles en la edificación y construcción de entornos sociales pasa por cubrir necesidades en todos los ámbitos. Las ciudades miran hacia el futuro, pero no a cualquier precio, y los responsables de sus construcciones valoran el origen de sus materiales. Como si de una obra de arte se tratara, gana la historia que nos cuentan tras ellas.
La educación sobre sostenibilidad en la formación de los profesionales, el ecodiseño de los edificios, la elección de los materiales, el ahorro de la energía… e incluso el acercamiento en los edificios a nuevos sistemas de movilidad urbana más eficientes, como los coches eléctricos. Todo suma y nada resta, a la hora de pensar en una ciudad más sostenible. El objetivo global de una arquitectura sostenible tiende hacia un consumo cero, por lo que la utilización de material reciclado cobra la misma importancia que el diseño, el ingenio para la captación de luz y la eficiencia energética, o el aislamiento obtenido.
La búsqueda de los mejores materiales
Podemos definir a las viviendas sostenibles como edificaciones más ecológicas y económicas, construidas a partir de materiales no derivados del petróleo y biodegradables. Esta amplia clasificación abarca un variado tipo de edificaciones, en la actualidad existen bastantes proyectos experimentales que intentan desarrollar una interacción más lógica entre las edificaciones y su entorno.
Los principios que guían a este tipo de construcciones son:
• Uso de recursos naturales mediante la reutilización o el empleo de materias autóctonas del medio en el que se edifican.
• Utilización de materiales renovables y reciclables, previniendo la generación de residuos y emisiones contaminantes.
• Gestión eficaz de la energía en la vivienda.
• Búsqueda de la protección ambiental
El éxito está en trabajar conjuntamente con materiales naturales y materiales reciclados
Hay que otorgar prioridad a los materiales procedentes del entorno más cercano a donde se va a construir. Así, la arquitectura sostenible recupera materiales como la madera, la piedra, el adobe o el barro cocido, que son fáciles de obtener en la mayoría de los lugares y que no requieren transporte desde distancias lejanas.
También es importante señalar que otro de los objetivos es buscar materiales naturales que requieran pocos tratamientos industriales, ya que de esta manera se reduce la huella ecológica y se ahorra energía.
Los materiales reciclados son la estrella del aislamiento térmico de las viviendas: masa de papel reciclado capaces de soportar mejor los incendios y la visita indeseada de los insectos; materiales a partir del corcho para aislar y revestir edificios… pero también el hierro utilizado puede ser reciclado, como en el caso del edificio de la Fundación Kutxa.
Y es que los organismos, como reflejo de la necesidad de las personas, evalúan y premian el uso de elementos reciclados a la hora de dar forma a una ciudad. Si hay que crecer, que sea de manera responsable.
Por otra parte, te puedo asegurar que la construcción de casas y edificios sostenibles es más rentable, eficiente y duradera. Comprar una casa sobre plano que se vaya a construir de forma sostenible es una muy buena apuesta en calidad de vida y en plusvalía.
Eso sí, debes asegurarte que su construcción es de verdad cumple con los requisitos de sostenibilidad y ahorro energético. Para eso tenemos los certificados de construcción sostenible.
Los certificados de la construcción sostenible
En las últimas décadas han surgido iniciativas que buscan avalar la sostenibilidad de los edificios. Uno de ellos es el certificado BREEAM, en vigor desde 1990 y de carácter internacional. Para conseguir este certificado, las construcciones deben cumplir requisitos de diez categorías diferentes: salud y bienestar, energía, materiales, contaminación, agua, transporte, ecología, gestión, residuos e innovación.
Cumplirlos todos es muy complicado, pero la aplicación de unos requisitos mínimos es suficiente para que el edificio sea sostenible y vaya más allá de la normativa. Por ese motivo, cada promotor elige a qué requisitos optar. Algunos escogen centrarse en el ahorro energético y otros prefieren incidir en la salud y el confort del usuario. Actualmente, la instalación de luminarias LED y de griferías de bajo caudal son dos de los requisitos más habituales
Las diez categorías BREAAM están estrechamente relacionadas con varios de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU, que buscan hacer del mundo un lugar más sostenible y equitativo en 2030. Estos son algunos de ellos:
• Salud y bienestar: Un edificio sostenible debe garantizar unos requisitos mínimos de confort y salubridad.
• Agua limpia y saneamiento: Deben contar con sistemas que ahorren agua, monitoricen su consumo y apliquen medidas de filtrado para evitar la contaminación de los recursos hídricos del entorno.
• Energía asequible y no contaminante: Un edificio sostenible es eficiente y ahorra energía. Para conseguirlo, debe contar con fuentes de energía renovables, electrodomésticos y luminarias de bajo consumo y sistemas de monitorización de su uso.
• Producción y consumo sostenibles: Los edificios certificados exigen la utilización de materiales responsables y premian el uso de los reciclados. Así se evita, por ejemplo, la utilización de madera proveniente de talas ilegales.
• Vida de ecosistemas terrestres: los métodos BREEAM premian aquellos procesos constructivos en los que se realizan estudios de biodiversidad, se selecciona vegetación autóctona para las zonas ajardinadas o se cuenta con un sistema de reciclaje de residuos, por ejemplo.
Las casas sostenibles son más fáciles hoy en día que nunca, en parte debido a los certificados energéticos que permiten a los constructores encontrar un camino para llevar a cabo proyectos de máxima eficiencia energética y mayor respeto por el medio ambiente. Los más populares son las iniciativas de BREAM, Passivhaus y LEED.
En realidad, siguiendo uno de estos certificados es posible contar con casas saludables y sostenibles, si bien en el caso de las reformas es más complejo. Desde luego es mucho más fácil contar con un hogar sostenible en adquiriendo una vivienda sobre plano, donde la sostenibilidad se plantea desde el proyecto. Hoy en día es inexcusable no hacerlo en cualquier promoción.
La necesidad es real y, como dicen muchos dentro del sector, no plantear toda nueva construcción como sostenible es un error. Por eso, de cara a 2025 se espera que muchas de las construcciones que se levanten en España puedan ser declaradas sostenibles, debido a la obligatoriedad de la Edificación de Consumo Casi Nulo.
¿Qué diferencias podrá haber entre este tipo de edificios y los más puramente sostenibles? En realidad, todo lo que sea consumo energético y eficiencia debería ser lo mismo en un hogar puramente sostenible que en un Edificio de Consumo Casi Nulo.
Sin embargo, las casas sostenibles también han de apostar por la ecología durante el proyecto inicial y ante todo en su construcción. Y además se trata de ir más allá en relación a las energías renovables. Además de las populares placas solares o de la recogida de agua de la lluvia para fines sanitarios, es posible aprovechar el viento para secar la ropa en lugar de usar una secadora. Incluso hay iniciativas que cuentan con huertos biológicos en el terreno del hogar ecológico.
Una vivienda eficiente NO es más cara que una no eficiente.
Es cierto que todavía es bastante corriente la opinión de que las viviendas de estas tipologías son más caras que las otras, pero es preciso tener presente que, aunque esto sea así si con un criterio muy limitado atendemos exclusivamente al simple coste de adquisición del inmueble, la realidad es totalmente la contraria.
La secretaria del Consejo General de los Colegios Oficiales de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria de España asegura que “una vivienda eficiente NO es más cara en absoluto, algo que es fácilmente constatable en el importe de las facturas energéticas que se generan y que evidencian no solo la amortización del gasto inicial adicional, sino el ahorro continuado en el consumo de energía del inmueble”.
Además, destaca que una vivienda sostenible añade a los beneficios de la anterior el hecho de que con ella “sembramos futuro”. “Se trata de una inversión que, aunque no vaya a repercutir totalmente en nosotros, sí lo hará en las generaciones venideras, al dejarles un entorno más amable y agradecido, que también será traducido con certeza en un retorno económico”, subraya la experta en el sector inmobiliario.
Este es un ejemplo de viviendas cosntruidas con sostenibilidad: Sunset, nuevo proyecto inmobiliario en Poblete.